Solo tenemos que plantearnos quitarnos la ropa en público para darnos cuenta los grandes perjuicios sociales en los que se nos han educado y lo difícil que resulta algo tan sencillo. El naturismo utiliza la metáfora de quitarse la ropa, de desnudarse, para conseguir mostrarse tal cual uno es, una situación que puede resultar incluso violenta para la persona vestida que protegida por la efímera moda, quiere ser o representar algo más allá del hombre.
Solo tenemos que ver alguno de los polémicos trabajos de Spencer Tunick, donde miles de personas desnudas son fotografiadas en lugares públicos, para reflexionar y darnos cuenta que todos a pesar de nuestras diferencias somos iguales (sin paises, sin fronteras, solo hombres).
Existen multitud de reivindicaciones donde se llama la atención con el desnudo: Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla..., aunque cada vez eso de quitarse la ropa llama menos la atención, señal inequívoca que la batalla al pudor, la vergüenza y la mentira se está ganando.
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