En 1992 dos profesores de la prestigiosa Hardvard Business School, Kaplan y Norton definieron una herramienta para diseñar y controlar la estrategia de una empresa. Su aportación consistía en alinear los objetivos estratégicos y utilizando las sinergias de varios indicadores de desempeño, planes de acción, metas e iniciativas conseguir con toda la fuerza de una empresa alcance el objetivo.
Se trata de incluir los activos intangibles en la estrategia y de alguna manera medir su valor. Es decir, conseguir que los resultados financieros sean el sumatorio de las acciones generadas por las personas a través del uso de las mejores tecnologías, vinculadas a las mejores prácticas y procesos internos de la organización.
Para alcanzar este ambicioso objetivo el BSC identifica 4 perpectivas: finaciera, clientes, proceso internos y aprendizaje e innovación. Y define la estrategia en base a acciones operacionales en cada una de estas perpectivas que se denominan objetivos. Cada objetivo lleva asociado uno o varios indicadores de resultados, dentro de los cuales se definen metas o hito cuantificable. Por último tenemos las iniciativas que son acciones programadas orientadas a conseguir las metas.
Para tener existo en la implantación de esta herramienta es importante que se consiga un alto grado de implicación de los directores en el seguimiento y definición estratégica, así como que existan unos incentivos vinculados a la obtención de resultados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario