jueves, 6 de agosto de 2009

Sociedad - Los incencios provocados


Ya llega el verano y como siempre por estas fechas el telediario se llena de noticias de incencios. Es algo que desgraciadamente hemos aceptado, que consideramos cotidiano y sobre lo que no reflexionamos, pero que encierra y presenta lo peor del ser humano. Cada año que pasa es mayor el número de incencios provocados, la codicia, el afán de protagonismo y la sin razón humana nos lleva a presenciar kilométricas escenas de bosques en llamas.

Como muchos de vosotros me llena de indignación contemplar las númerosas noticias del fuego intencionado y mi cabeza se llena de palabras mal sonantes que lanzo contra el viento en un frustado intento de aliviar mi pesar. Pero el otro día fuí un poco más lejos y con mi padre me acerque al pueblo de El Arenal en Avila para contemplar la destrucción causada.

Cuando te adentras en un incencio te envuelve un silencio absoluto, ya no hay pajaros, ni insectos, el color desaparece y todo queda marcado por el signo tenebroso de la ceniza. El olor de las flores y las plantas es sustituido por un humo misterioso que sale de no sabes donde y te produce una incomoda sensación de olvido. Pero lo que realmente te atormenta a cada paso que das, es una pregunta ¿por que?.

Todos alguna vez hemos disfrutado de un día en el campo, hemos comprobado que esta lleno de vida e incluso nos hemos sentido parte de un "todo" que no logramos entender. Tenemos que ser concientes que los arboles, las plantas, los infinitos insectos están con nosotros en convivencia desde hace miles de años, quizás por eso los queremos y nos necesitamos. Pero un incencio provocado rompe brutalmente ese equilibrio en un afán por conseguir la autodestrucción.

El piromano que en la sombra quema y destruye el bosque es un ser vacío y cobarde, un ser humano que no quiere lo mejor para las futuras generaciones, una persona despreciable y egoísta que busca saciar un ego absurdo y sin sentido por el camino más fácil. Las llamas se llevan la vida y eso le divierte porque intencionadamente lo busca y mientras miles de personas lloran, él ríe.

lunes, 3 de agosto de 2009

Filosofía - Vicente Verdú


En su último libro “El capitalismo funeral” un pesimista escritor nos describe una época de decadencia de perdida del valor del esfuerzo, deterioro de la educación, corrupción política, aumento de la desigualdad, destrucción del planeta, que nos lleva irremediablemente al ocaso del sistema y a una crisis o tercera guerra mundial que ya ha comenzado.

Es ahora asegura el momento propicio para el cambio. En un mundo globalizado, trasparente y activo donde debemos de convertir la fatalidad en un proceso gobernado por los seres humanos. Debemos primar la experiencia vital a la adquisición y acumulación de objetos material.

El autor arremete contra la especulación incontrolada de nuestro tiempo, contra lo que denomina él, el valor fractal de un objeto. También dedica un capítulo al uso del miedo que se está haciendo por parte de los gobiernos y medios de comunicación para educar y dirigir a la sociedad.

Nos describe una sociedad cambiante, donde las modas son cada vez más efímeras y se propagan a una mayor velocidad. Los hábitos del consumidor han variado en general y en concreto dedica un capítulo al cambio en el sector de los automóviles.

Frente al capitalismo funeral propone la revolución horizontal, apoda por cada uno de nosotros e Internet, donde la información y la trasparencia debe de ser total y el hombre individual debe de asumir el papel que le ha tocado jugar en la humanidad.

Sociedad - Saqueo de las minas de Coltán del Congo


No es muy conocido, pero es ya imprescindible. Con el coltán, las baterías de los teléfonos móviles mantienen más tiempo su carga. Es necesario para el mejor funcionamiento de aparatos electrónicos, misiles balísticos o videojuegos. Este mineral, también conocido como colombio-tántalo, facilita nuestra vida. No tanto la de los congoleños.

Desde hace años el coltán empezó a escasear en Australia, Brasil y Tailandia. El gran aumento de la demanda, debido en gran parte al auge de la informática estimuló el comercio ilegal de este mineral en África Central. Para muchos países de esta zona, la devaluación de los productos mineros tradicionales y la desertización de los campos de cultivo provocaron una revalorización de este sector alternativo.

En la República Democrática del Congo (RDC) se encuentra el 80% de este preciado mineral. En los 10 últimos años, grandes multinacionales, como Nokia, Ericsonn, Siemens, Sony, Bayer, Intel, Hitachi o IBM, se disputan ‘el tesoro’ a través de aliados autóctonos como HC Starck,Cabot, Ningxia, Kazatomprom y Showa-Denko.

En 1997, fue derrocado el presidente congoleño Mobutu Sese Seko, de estrecha relación con los capitales imperialistas de origen francés. Kagame, presidente de Ruanda, y Museveni, de Uganda, lideraron la conquista de la capital Kinshasa y colocaron al mando a Laurent Kabila. Hoy Ruanda, Angola y Burundi, apoyados por los Estados Unidos y solventados por créditos del FMI y el Banco Mundial, se enfrentan a la RDC en una devastadora guerra: cuatro millones de víctimas civiles, más de dos millones de desplazados y medio millón de refugiados.

Mientras los gobiernos de estos países se disputan el territorio y empobrecen aún más si cabe a sus pueblos, las empresas multinacionales en estrecha colaboración con disfrutan del control económico de la región. En los aeropuertos internacionales de Kigali y Entebe es clara la colaboración, ni impuestos ni aranceles. Los vuelos de ida al Congo viajan cargados de armas y los de vuelta, de minerales.

Las grandes empresas financian a las fuerzas militares mientras en las minas trabajan diariamente más de 20.000 personas en condiciones durisimas. Los obreros más codiciados, por ser la mano de obra más barata y fácil de silenciar, son los miles de niños que abandonan la escuela para adentrarse con facilidad en las minas.

Hay soluciones pero hay demasiados intereses económicos en su contra como para llevarlas a la practica.

domingo, 2 de agosto de 2009

Sociedad - El boom de los cruceros

Un día alguien pensó que podría crear un casino en pleno desierto y esa es la razón de que hoy exista Las Vegas. Algo parecido ha debido de pasar con la idea de los cruceros, donde se han conseguido construir auténticas ciudades flotantes donde miles de pasajeros viajan por el mar entre bares, restaurantes y todo tipo de diversiones.

Estos parques de atracciones flotantes con piscina, teatro, casino, golf, baloncesto, escalada y todo lo imaginable en una búsqueda infinita por dar al crucerista el mejor servicio tiene zona de guardería durante 16 horas al día, gimnasios, sauna y sobre todo comida.

La comida es un punto crítico de estos barcos y que han trabajado con especial cuidado, por eso se dispone de una gran variedad de restaurantes distintos en representación de los tipos de cocina del mundo, además de incluirlo en su concepto “freestyle” que viene a decir haz lo que quieras, cuando quieras. Por eso se puede comer interrumpidamente durante todo el día en buffets interminables y con una variada cantidad de platos distintos. Es el placer de comer llevada a su máxima expresión, gente comiendo a todas horas en todo lugar dejándose arrastrar por la gran gula que los gobierna.

Pero no debemos de olvidar que el crucero es una forma de viajar y en este sentido es difícil superarlo. Por ejemplo un día puede comenzar con un espectacular desayuno frente a las sorprendentes murallas de La Valleta en Malta, donde el barco ha amarado mientras dormías. Disfrutar del día paseando por esta bella ciudad y después de un poco de piscina, cenar viendo en un enorme ventanal un volcán en activo como es el Etna. Antes de dar por concluido el día disfrutar del estrecho de Mesina, donde las luces de las casas de Italia y Sicilia están tan cercanas que parecen comunicarse entre ellas.

Una idea sin lugar a dudas muy brillante, con un futuro prometedor, que asegura la construcción en los próximos años de cruceros cada vez más grandes hasta llevarlos al límite de la imaginación.