viernes, 18 de febrero de 2011

La nueva economía.

Un breve libro escrito magistralmente por Joaquín Estefanía, que a pesar de haberse editado en 1996 es completamente contemporáneo y que explica de una forma sencilla la sociedad poscapitalista en la que nos ha tocado vivir y eso que todos llamamos globalización.

Todos los días una masa creciente de capitales navega por el ciberespacio, por el mundo, buscando rendimiento. Ya no es necesario la inversión atendiendo únicamente a criterios de producción, cualquier suceso social puede hacer que cientos de miles de millones entren o salgan de un país en apenas unas horas y antes esto las economías nacionales se sienten impotentes.

Esa ingente cantidad de dinero busca incansablemente la maximización de la producción y del beneficio sin subordinarse a ningún objetivo social, cultural o religioso. Es una “racionalidad económica” que actúa de manera independiente a las demandas de la sociedad. Una sociedad que vive en una situación de bajo crecimiento, alto desempleo, inflación moderada y bajos tipos de interés.

La productividad se ha multiplicado exponecialmente y la jornada de trabajo sigue siendo la misma, lo que nos lleva a un paro en continuo crecimiento porque no hay trabajo para todos. Solo tenemos que comprobar como el paro crece durante las recesiones, pero no cede proporcionalmente durante las etapas expansivas. La solución que defiende Joaquín pasa por compartir el tiempo de trabajo, pero todavía no hay intención social y global de hacer un cambio de esta importancia.

La generación X, académicamente muy bien preparada que no puede optar a un puesto de trabajo y las familias y los fondos públicos destinados a cubrir las necesidades esenciales han creado una cultura de la pobreza que limita la indignación y capacidad de rebeldía del individuo, bloqueando la fuerza que siempre ha impulsado la transformación social, “el conflicto social”.

“Es una sociedad de trabajadores que se va a liberar de las cadenas del trabajo, y esta sociedad ya no sabe nada de las actividades más altas y más enriquecedoras para las que valdría la pena obtener la libertad. Lo que tenemos ante nosotros es la perspectiva de una sociedad de trabajadores sin trabajo es decir privados de la única actividad que les queda. No es posible imaginar nada peor.” Hannah Arendt

martes, 1 de febrero de 2011

Egipto apaga internet

Ya era hora de dar al pueblo una herramienta para que levante su voz y exprese su opinión siempre que lo desee, sin controles, en absoluta libertad y de manera espontánea. Lejos de la manipulación mediática a la que nos tienen sometidos todos los días.

En Egipto el gobierno se ha visto obligados a bloquear internet a 14 millones de personas y la telefonía a más de 30 millones. Un hecho sin precedentes que buscaba desesperadamente acallar a un pueblo que quiere hablar y que demuestra la capacidad de comunicación que tienen las nuevas tecnologías y lo rápidas que son para ayudar a coordinar respuestas multitudinarias.

El pueblo de Egipto al ver que le bloqueaban Intenet y luego los móviles, busco alternativas en el FAX, las emisoras de radioaficionado y hasta las conexiones dial-up para hablar y luchar contra la censura del gobierno.

La libertad en Internet se ha convertido en un problema para muchos grupos de poder, que destinan grandes cantidades de dinero en conseguir controlar y poder manipular Internet. Nosotros debemos de conseguir que esto no ocurra, luchar por una Internet sin censuras donde cualquiera pueda opinar y ser escuchado.