Internet nos esta ayudando y enseñando a cambiar nuestro modelo de vida. Poco a poco nos estamos dando cuenta que ya no es necesario acumular productos para disfrutar de ellos, porque ahora siempre están accesibles. Si pensamos en la música o en las películas vemos como las grandes videotecas caseras no pueden competir con las inmensas bases de datos de Internet y si el objetivo que perseguimos es disfrutar viendo una película, tener esa película en propiedad o verla por un sistema de alquiler debe sernos indiferentes.
Pero lo que empezó con la música y las películas es probable que se extienda a la mayoría de los productos que actualmente se venden en el mercado. Al final nosotros buscamos la experiencia, no la propiedad y aunque en algunos casos la propiedad da notoriedad y permite la diferencia social, esto carecerá de sentido en un modelo donde cualquier cosa puede ser alquilada y disfrutada a un bajo precio.
La industria de la moda seguirá los pasos de Spotify, Netflix,...y las grandes marcas ZARA, Emilio Tucci, etc terminaran siendo proveedores de experiencias de sus socios que cogen y dejan prendas buscando disfrutar de la experiencia. Igual que la gastronomía, los muebles, los viajes, .... convirtiendo al consumidor en un buscador de experiencias que participa activamente en la definición del servicio y que paga una mínima cuota por esa experiencia.
TODOS SOMOS CONSCIENTES QUE AQUÍ ESTAMOS PASO
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