jueves, 31 de julio de 2008

Sociedad - Javier Moro y Dominique Lapierre


Todo empezó, como empiezan las grandes cosas que pasan en la vida … de casualidad. Mi padre me regalo el libro “Senderos de libertad” de Javier Moro donde nos relata la trágica historia de Chico Mendes, un humilde cauchero convertido en baluarte internacional de la defensa del medio ambiente, y la de unos pistoleros que fueron contratados para eliminarlo. Para reconstruir los acontecimientos, el autor entrevistó a líderes populares amenazados de muerte, a terratenientes acusados de tener esclavos, a indios que están logrando sus primeras victorias contra los blancos, a buscadores de oro tan generosos como arruinados, a científicos temerosos de no poder finalizar sus investigaciones. Es un libro brillante y muy trabajado, un homenaje a los que arriesgan la vida para conseguir un poco de justicia en un mundo.

Al final la lectura quise saber más del autor, lo que me llevo a leer su segundo libro “El pie de Jaipur”, donde un joven estudiante es víctima de un grave accidente y coincide en una clínica del sur de Francia con un camboyano, juntos deciden desafiar los pronósticos más pesimistas y dar lo mejor de sí mismos, hasta llegar a Barcelona. Una lección de esperanza que arroja luz sobre la sorprendente capacidad de los seres humanos para sobrevivir y hacer frente a la adversidad extrema.

Estos dos libros me impresionaron mucho y seguí investigando, lo que me llevo al famoso tío de Javier Moro (Dominique Lapierre) y a leer su impresionante libro de la India “La ciudad de la Alegría” donde un sacerdote francés, un joven médico norteamericano, una enfermera de Assam y un campesino indio que se gana la vida tirando de un rickshaw se encuentran en un barrio perdido de Calcuta. Condenados a ser héroes, pelearán, lucharán y vencerán en medio de las inundaciones, las ratas, los eunucos, los dioses, las fiestas y las setenta mil "luces del mundo" que pueblan La ciudad de la Alegría.



Y este último libro me llevo a leer “Más grandes que el amor”, donde Dominique Lapierre nos cuenta que tras leer en un periódico una noticia sorprendente: «La Madre Teresa de Calcuta ha abierto, en pleno corazón de las calles más calientes de Manhattan, un hogar para acoger a las víctimas del sida sin recursos», se precipita a la dirección indicada, y encuentra allí una aventura humana, médica y científica como quizá no se ha visto otra en el mundo, lo que le llevará durante tres años a adentrarse en los laboratorios de investigación y reconstruir la caza de virus más formidable de la reciente historia médica, compartirá la embriaguez de los descubridores de los invisibles agentes mortales, revivirá la jadeante carrera en pos del primer medicamento eficaz contra el mal y será testigo del prodigioso impulso de generosidad y de compasión de los que cuidan a los enfermos, del valor y de la esperanza de éstos.

Por supuesto que han seguido escribiendo libros y he tenido la suerte de leer multitud de ellos, pero estos cuatro primeros libros fueron “especiales” y me presentaron a algunos de los héroes olvidados de nuestro mundo.




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