domingo, 21 de septiembre de 2008

Sociedad - Privatizar los beneficios y socializar las perdidas

La caída del muro de Berlin, el trágico atentado de las Torres Gemelas y ahora el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, origen de la crisis de confianza mundial y que ha provocado la intervención del estado bandera del neoliberalismo y defensor a ultranza del control del capital por el capital.

Donde antes se hablaba de privatizan y desregularizar las empresas de mayores beneficios para que la competencia del mercado las "optimizase", ahora reinan las perdidas y la desconfianza. Y claro ante el abismo el planteamiento cambia y las mismas personas que defendían un liberalismo total ahora ven con buenos ojos la intervención del estado. Una intervención que es selectiva, donde se va a ayudar a ciertas empresas, entendemos que las de mayor volumen, discriminando a otras de menor volumen. Ante este panorama el pequeño empresario y el ciudadano tiene todas las de perder, porque el estado no solo no le va a ayudar, sino que le va a pedir un esfuerzo para ayudar a las empresas que no fueron previsoras y con su mala gestión nos metieron en este lío.

Es interesante en este clima de desconfianza absoluta leer alguno de los libros de Stiglitz. Economista mundialmente reconocido, ganador en 2001 del premio Nobel por sus trabajos en la asimetría de la información. Y es que la información y la especulación están en el origen de la inestabilidad de nuestro sistema actual.

Stiglitz con su investigación sobre el screening (técnica usada por un agente económico para extraer la información privada de otro) demuestra que los mercados son ineficientes en su mayoría, al apoyarse en información incompleta, debido a la asimetría de información que tienen el comprador y el vendedor.

Respecto a la especulación, nadie duda que haya contribuido al problema actual, de hecho una de las medidas de la Comisión de Valores de Estados Unidos es impedir operar temporalmente en el mercado a 800 compañías de inversión especializadas en ventas a corto plazo. Y es que ya no es tan prioritario la creación de empresas, productos y empleados, cuando se puede obtener una rentabilidad mayor surfeando en la bolsa entre noticias y rumores económicos.

La complejidad de los productos financieros y la falta de transparencia, frente a un estado incompetente y desregularizado ha hecho que en la actualidad no sepamos valorar los activos de nuestra empresa. Y si no sabemos lo que tenemos como alguien nos a prestar dinero.


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