miércoles, 23 de julio de 2008

Sociedad - Muhammad Yunus


Muhamad nació en una aldea de la India, Chittagong, es un hombre formado académicamente, economista, profesor en su momento, sin embargo, cuenta la historia de que no estaba conforme con enseñar practicas y teorías económicas inaplicables a la realidad que afectaba a la India. Cierto día estaba en el centro de su ciudad, un hombre le ofrece lustrar sus zapatos, a lo que accede, mientras el hombre realizaba su trabajo, Muhamad comienza la charla y le pregunta como iba el día; no de lo mejor, le pregunta cuantos zapatos lustraba por día: 10 pares a 2 rupias el par, luego el hombre le explica que debe pagar el alquiler diario de su caja de lustrador, lo que le cuesta 10 rupias, en síntesis, el lustrabotas solo se queda con 10 rupias diarias. De comprar la caja de lustrar tendría un costo de 50 rupias, pero este hombre no podía afrontar el costo. En ese momento, es cuando Muhamad le pide a esta hombre que al día siguiente se presentara en su oficina y él le prestaría las 50 rupias, de las cuales devolvería semanalmente 5 rupias. Así comienza la historia de este increíble hombre que se ha convertido en el creador del concepto del microcrédito en el mundo, pero este artículo no quiero centrarme en persona, sino en el libro “Muhammad Yunus, el banquero de los pobres” con el que tuve la oportunidad de conocer a este extraordinario personaje.
Es un libro que nos cuenta la trayectoria del proyecto de Yunus y donde se pueden leer algunas interesantes ideas de su particular forma de entender el mundo. Para Yunus el sistema económico existente condena inexorable y perpetuamente a millones de personas a mantener unos ingresos tan bajos que nunca pueden ahorrar y salir de la pobreza. Es por eso muy importante que en el proceso de globalización se construyan las normas que garanticen la voz de las personas más pobres y no sea dirigida por “la ley del más fuerte”. Yunus propone que se termine con el proteccionismo, para él es una bandera que todas las naciones agitan en nombre de los pobres, pero sus beneficiarios reales son las personas ricas e inteligentes que saben manipular el sistema.

Yunus cree firmemente que todos los seres humanos tienen una habilidad innata, la habilidad de la supervivencia. Frente a planes de ayuda gubernamentales que comienzan impartiendo cursos de formación complejo, pensando que a la gente pobre le faltan habilidades suficientes, Yunus va al centro del problema y da al pobre la capacidad de control sobre el capital producido.

Crítica al Banco Mundial, donde los donantes y consultores tienden a adoptar una actitud dominante y arrogante ante los países a los que ayudan. Además las naciones ricas utilizan sus presupuestos para ayuda exterior para emplear a personas de su propio país y vender sus propios productos, con una burocracia considerable, en algún caso corrupta o ineficiente. ¿Por qué el Banco Mundial tiene su sede en Washington y no en Dacca u otro sitio de extrema pobreza del mundo?, seguro que los voluntarios que se desplazasen a esta nueva sede estarían muchos más concienciados e implicados en el objetivo que e fijasen.

Yunus también nos explica la importancia y el poder social del crédito. En las teorías económicas, se considera el crédito como un mero medio con el que lubricar los engranajes del comercio y la industria. En realidad, el crédito genera poder económico, el cual se traduce inmediatamente en poder social. Cuando las instituciones de crédito y los bancos establecen normas que favorecen a un sector diferenciado de la población, este aumenta su estatus tanto económico como social. Por eso puede hablarse de un “Apartheid financiero” donde los pobres han sido excluidos del crédito bancario.

La economía capitalista necesita para alimentarse, la codicia. Aquí Yunus define la figura de la persona con conciencia social, que es una persona que como fuerza de motivación consigue suplir la codicia por los objetivos sociales. Emprendedores que se muevan por una adecuada conciencia social y se vean atraídas hacia inversiones que maximizan los beneficios sociales, siempre que dichas empresas resulten viables desde el punto de vista financiero. Así, para un empresario social la rentabilidad personal es un factor de interés secundario, No el principal, sin embargo para un emprendedor movido por la obtención de ganancias personales, los objetivos sociales será un subproducto o una consideración secundaria de su negocio.

Este cambio nos ayudará a erradicar la pobreza, objetivo que es alcanzable y que depende únicamente de nosotros. La verdadera pregunta no es tanto la de dónde esteremos allá por el año 2050, sino la de dónde nos gustaría que estuviera el mundo al llegar ese año. Yunus es un soñador que hizo realidad un bonito sueño.

Mas información es: http://muhammadyunus.org/

No hay comentarios: