Tuvimos la suerte de visitar esta bella ciudad en 2007, pasamos un día increíble visitando Notre-Dame, El Lourve, El Arco del Triunfo, La Conciergerie, un paseo infinito que termino a los pies de la Torre Eiffel. Comenzaba el atardecer y yo había reservado gracias al consejo de mi cuñado una mesa para cenar en el restaurante Altitud 95, situado en la primera planta de la Torre. Esta sorpresa se ha convertido con el tiempo en algo mágico, difícil de olvidar.
Disfrutar de una cena exquisita, en una mesa pegada a un cristal a través del cual se ve el Palacio de Chaillot, es una experiencia increíble que he vivido. Comer un fantástico pastel de setas con un buen solomillo, mientras atardecer y París se enciende es difícil de imaginar. Nosotros cenamos mientras asombrados contemplamos las miles de lucecitas que incansables salen de las cámaras de fotos para inmortalizar ese momento, nuestro momento en la Torre Eiffel.
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