Siguiendo la corriente de Bauman, Lipovetscky, Verdú,… Justo Zambrana escribe "El ciudadano conforme" este interesante libro donde analiza el hundimiento y la crisis de la modernidad y plantea los males que aquejan al hombre actual ante la desaparición de los valores espirituales y la pérdida de fe en el progreso ilustrado.
Los cambios en el mundo de trabajo también se empiezan a experimentar en la esfera del capital. Sobra trabajo, capital y productos y esto ha convertido al ciudadano por encima de todo en consumidor. Un consumidor aterrado por aburrimiento, condenado a vivir en un estado de perpetua euforia. Según el autor nos hemos convertido en "coleccionistas de sensaciones". El shopping es la terapia contra la depresión, como el consumo lo es contra la infelicidad
Todo se ha trasformado en mercancía, el mercado ha invadido la política y la tecnología y hasta el conocimiento que en la gran tradición del pensamiento clásico aparece ligado a la consecución de la verdad y el bien, comienza ahora a ser una función del poder y se produce para ser vendido.
En su visión de la crisis económica Justo nos indica que los accionistas son incapaces de controlar la gestión de su propiedad, lo que ha permitido un rápido enriquecimiento de los gerentes que con ocultaciones constantes de información han distorsionado el mercado.
Por último "El ciudadano conforme" alerta sobre el límite ecológico que acecha al universo de consumo. "Se necesita un equilibrio entre razón instrumental y espiritual", nadie duda de que el modelo social actual es insostenible y es necesario un cambio.
viernes, 3 de octubre de 2008
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