En un mundo donde el 20% de la población consume el 80% de los recursos, donde se permite la libre circulación de dinero y recursos naturales pero se pone mil trabas a la libre circulación de personas, los ricos les dicen a los pobres que no pueden comprarse un coche porque contamina. ¿pero es que nos hemos vuelto locos?
Si queremos un cambio, y garantizar a las generaciones futuras una calidad de vida alta, debemos de buscar ese cambio en nosotros mismos. Tenemos que buscar urgentemente un equilibrio entre producción y consumo, aceptar de una vez por todas que vivimos en un planeta donde los recursos naturales son finitos. No podemos ir siempre a lo barato, dejarnos arrastar por los deseos infinitos de la publicidad. Tenemos que pensar y buscar lo mejor para un nosotros, ayudando, encontrando aquellos de mayor eficiencia energética o más reciclables y sobre todo aprendiendo que la felicidad no se compra por mucho que nos bombarden con marketing de última generación.
Supone un gran esfuerzo diario, pero tenemos que aprender a ver las gratificaciones que proporciona minimizar nuestra contaminación y el daño que causamos a la tierra, en un lugar que en definitiva solo estamos de paso.
La hipótesis de la eficiencia del mercado, repetida innumerables veces por los defensores del neoliberalismo a resultado ser una gran mentira y mientras nuestros máximos representantes se gastan ingentes cantidades de dinero público en estabilizar el mercado nada parece cambiar. No tengo la menor duda de que el cambio vendrá de abajo, de la gente y cuando más tarde en llegar más violento será.
lunes, 30 de noviembre de 2009
domingo, 22 de noviembre de 2009
Internet – Wikinomics
Wikinomía, Ideágoras, Prosumidores, Neoalejandrinos, términos marketinianos con los que don Tapscott y Anthony D.Williams nos hablan de las nuevas comunidades que se están creando y consolidando en Internet.
Algo cambio cuando el 5 de octubre de 1991 salió la primera versión de Linux. Un estudiante de 21 años publica el código de un nuevo sistema operativo y obtiene como respuesta una colaboración masiva de la gente que le ayuda desinteresadamente a mejor su programa. El movimiento GNU había nacido, un movimiento que poco a poco ha ido transformando no solo la forma de hacer y explorar los programas de ordenador, sino que ha afectado a la estructura y relaciones de las empresas y en definitiva de toda la sociedad.
En un mundo global las empresas se han dado cuenta que es muy probable que las mejores ideas para su evolución se encuentren fuera de la empresa, y algunas de ellas se han lanzado a buscarlo. Por otro lado las aportaciones de todos sus empleados, sin excepciones (sin jerarquías) y las aportaciones de los clientes es decisiva para determinar el camino a seguir. El libro define a los prosumidor como consumidor proactivos, creadores y emocionalmente comprometidos imprescindibles para los desarrollos futuros y es aquí donde todavía queda mucho por hacer, pues si bien algunas empresas han puesto a su disposición todas las herramientas e información para potenciarse todavía no se sabe como premiar esas vitales aportaciones de la gente, que actualmente en su mayoría se hace de manera altruista.
Por otro lado las empresas tienen que tener claro la línea que separa el conocimiento interno de esa parte de conocimiento pública, donde la gente participe. A pesar del inconveniente de que los competidores pueden utilizar esta información para su propio beneficio, los beneficios son muy superiores. Debemos de ser conscientes que caminamos a una sociedad global donde la empresa propietaria se van a quedar en muchos casos como una integradora de sistemas entre varios productores y clientes, en un entorno de rapidísima evolución. Retener el talento será otro punto clave en toda esta revolución. Valores como la lealtad, jerarquía, seguridad, normas tiene menos importancia ahora que la diversidad, libertad, creatividad o conectividad.
Nos guste o no nos guste hemos pasado a un mundo super conectado e informado, donde las aplicaciones desarrolladas hace una década, con los principios de propiedad y jerarquía empresarial han sido completamente desplazados por aplicaciones colaborativas.
Algo cambio cuando el 5 de octubre de 1991 salió la primera versión de Linux. Un estudiante de 21 años publica el código de un nuevo sistema operativo y obtiene como respuesta una colaboración masiva de la gente que le ayuda desinteresadamente a mejor su programa. El movimiento GNU había nacido, un movimiento que poco a poco ha ido transformando no solo la forma de hacer y explorar los programas de ordenador, sino que ha afectado a la estructura y relaciones de las empresas y en definitiva de toda la sociedad.
En un mundo global las empresas se han dado cuenta que es muy probable que las mejores ideas para su evolución se encuentren fuera de la empresa, y algunas de ellas se han lanzado a buscarlo. Por otro lado las aportaciones de todos sus empleados, sin excepciones (sin jerarquías) y las aportaciones de los clientes es decisiva para determinar el camino a seguir. El libro define a los prosumidor como consumidor proactivos, creadores y emocionalmente comprometidos imprescindibles para los desarrollos futuros y es aquí donde todavía queda mucho por hacer, pues si bien algunas empresas han puesto a su disposición todas las herramientas e información para potenciarse todavía no se sabe como premiar esas vitales aportaciones de la gente, que actualmente en su mayoría se hace de manera altruista.
Por otro lado las empresas tienen que tener claro la línea que separa el conocimiento interno de esa parte de conocimiento pública, donde la gente participe. A pesar del inconveniente de que los competidores pueden utilizar esta información para su propio beneficio, los beneficios son muy superiores. Debemos de ser conscientes que caminamos a una sociedad global donde la empresa propietaria se van a quedar en muchos casos como una integradora de sistemas entre varios productores y clientes, en un entorno de rapidísima evolución. Retener el talento será otro punto clave en toda esta revolución. Valores como la lealtad, jerarquía, seguridad, normas tiene menos importancia ahora que la diversidad, libertad, creatividad o conectividad.
Nos guste o no nos guste hemos pasado a un mundo super conectado e informado, donde las aplicaciones desarrolladas hace una década, con los principios de propiedad y jerarquía empresarial han sido completamente desplazados por aplicaciones colaborativas.
lunes, 16 de noviembre de 2009
Sociedad – Las uvas de la ira
El tema representado en esta novela es actual en lo concerniente a inmigración y su explotación laboral, siendo una novela muy viva aunque hallan pasado 60 años desde que John Steinbeck la escribiese. Su aguda crítica social nos hace reflexionar sobre un mundo desapegado de la tierra, donde las máquinas, las propiedades y las empresas toman el control del hombre, que lo detesta pero acepta las reglas que se le imponen. Por otro lado nos habla de hipocresía de la sociedad que castiga al ladrón de neumáticos y no al que engaña con mentiras en la venta, describe una sociedad donde los propietarios dejan congelado el “yo” y lo separan del “nosotros”.
También realiza algunas reflexiones religiosas a través del personaje del ex-reverendo, que dice cosas como: “si el Espíritu Santo es amar a hombres y mujeres, eso se llama historia” y que en un momento determinado le llevan a plantearse si promulgando la religión no habrá hecho mal a alguien. Dudas que resuelve al final dándonos a entender que no se tiene un alma, sino un trozo de un gran alma.
El escritor presenta claramente los dos lados del hombre, el pobre que ayuda y se funde en un “nosotros” y el propietario que cae en el sin sentido de la sociedad y quema las naranjas porque el precio es bajo, a pesar de estar rodeado de gente necesitada.
También realiza algunas reflexiones religiosas a través del personaje del ex-reverendo, que dice cosas como: “si el Espíritu Santo es amar a hombres y mujeres, eso se llama historia” y que en un momento determinado le llevan a plantearse si promulgando la religión no habrá hecho mal a alguien. Dudas que resuelve al final dándonos a entender que no se tiene un alma, sino un trozo de un gran alma.
El escritor presenta claramente los dos lados del hombre, el pobre que ayuda y se funde en un “nosotros” y el propietario que cae en el sin sentido de la sociedad y quema las naranjas porque el precio es bajo, a pesar de estar rodeado de gente necesitada.
sábado, 14 de noviembre de 2009
Documentales para entender el mundo
En los últimos años he tenido la suerte de ver cientos de documentales, películas hechas para enseñar o denunciar algo y que me han dado otro punto de vista del mundo.
No son películas que gasten millonarias cantidades de dinero en promocionarse y algunas es díficil conseguir enterarse de su existencia, pero el milagro de Internet y un poco de interes por mi parte han conseguido que durante estos últimos años haya disfrutado de muchos de documentales, entre los que destaco los siguientes:
No son películas que gasten millonarias cantidades de dinero en promocionarse y algunas es díficil conseguir enterarse de su existencia, pero el milagro de Internet y un poco de interes por mi parte han conseguido que durante estos últimos años haya disfrutado de muchos de documentales, entre los que destaco los siguientes:
- El dinero es deuda
- La corporación
- La 4 Guerra Mundial
- Voces contra la globalización
- La decada del individualismo
- La niebla de la guerra
- Invisibles
- Bowling for Columbine
- Balseros
- Nacido en los burdeles
- Super Size Me
- Wal-Mart, el alto coste del bajo precio
sábado, 7 de noviembre de 2009
Sociedad – Alex Rovira
Cuando empecé a leer el libro “La Buena Crisis” me sorprendió leer en las primeras páginas la referencia al video de youtube que más me ha impresionado (“Team Hoyt”). Lo que vino después fue toda una serie de ideas y pequeñas historias, quizás no muy bien enlazadas, pero de una profundidad y un mensaje con el que claramente me identifico.
El libro habla de la crisis del siglo XXI, una crisis no solo económica sino de valores fundamentales que obligan a un profundo cambio de la humanidad. El autor ante esta dramática situación ve una gran oportunidad, y es que el cambio es inherente a la vida y siempre nos ha acompañado.
La humanidad esta a la expectativa, esperando un Mesías, observa sin realizar una profunda reflexión interior que le lleve a la acción. Personajes como Sarah Gadalla Gudara, Severn Cullis-Suzuki, Ryan Hreljac son gente normal que un día decidió actuar.
En el día a día apenas tenemos tiempos para preguntarnos ¿qué quiero hacer con mi vida? ¿qué necesito? y cada vez es más importante hacernos estas preguntas, conseguir dar sentido a nuestra efímera vida. Nos sentimos desgraciados persiguiendo infinitos deseos, sin darnos cuenta que son las acciones para conseguirlos lo realmente importante.
Al final hay una bonita historia de una india que lleva dos vasijas, una perfecta y otra un poco rota, donde queda reflejada la esencia de este libro.
El libro habla de la crisis del siglo XXI, una crisis no solo económica sino de valores fundamentales que obligan a un profundo cambio de la humanidad. El autor ante esta dramática situación ve una gran oportunidad, y es que el cambio es inherente a la vida y siempre nos ha acompañado.
La humanidad esta a la expectativa, esperando un Mesías, observa sin realizar una profunda reflexión interior que le lleve a la acción. Personajes como Sarah Gadalla Gudara, Severn Cullis-Suzuki, Ryan Hreljac son gente normal que un día decidió actuar.
En el día a día apenas tenemos tiempos para preguntarnos ¿qué quiero hacer con mi vida? ¿qué necesito? y cada vez es más importante hacernos estas preguntas, conseguir dar sentido a nuestra efímera vida. Nos sentimos desgraciados persiguiendo infinitos deseos, sin darnos cuenta que son las acciones para conseguirlos lo realmente importante.
Al final hay una bonita historia de una india que lleva dos vasijas, una perfecta y otra un poco rota, donde queda reflejada la esencia de este libro.
"Todos piensan en cambiar el mundo,
Pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo."
LEON TOLSTOI
Pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo."
LEON TOLSTOI
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